¡Un brindis por la vida!

En el archipiélago de Madeira hay muchos motivos para celebrar. El final de la jornada laboral puede ser el pretexto para reunirse con los compañeros de trabajo y los amigos en terrazas soleadas o espacios acogedores. La gastronomía tradicional de Madeira se extiende también a las bebidas, alquimia en forma líquida, algunas con una tradición centenaria y, por tanto, con un increíble legado cultural.

La producción de vino en Madeira ha sido, desde el inicio de la colonización del archipiélago, uno de los motores tanto de la economía local como del reconocimiento de su propio destino en el extranjero. Al principio, el vino de Madeira era el que acompañaba una gran diversidad de platos emblemáticos de nuestra gastronomía tradicional, pero después se unieron diferentes vinos de mesa producidos en la región que constituyen los mejores vinos de aperitivos y digestivos.

Además de ser uno de los símbolos del archipiélago de Madeira en cuanto a bebidas tradicionales, la poncha (una bebida elaborada a base de aguardiente de caña de azúcar, miel y zumo de limón) está considerada entre los lugareños como un «remedio» para los resfriados y la gripe. En su versión original—conocida como la poncha regional—, o en las versiones más coloridas que aprovechan las frutas tropicales de nuestro archipiélago, lo cierto es que casi nadie es la misma persona después de tomarse dos.

Otras deliciosas bebidas alcohólicas que acompañan los momentos felices y que cuentan con productos de origen regional son las nikitas. Las mejores añaden al zumo de piña y al helado de vainilla, la increíble y única cerveza regional. Como no todos los brindis necesitan alcohol, en Madeira los refrescos también tienen un sabor especial. ¿Cómo ignorar el sorprendente sabor de una botella de Brisa de fruta de la pasión o de naranja? Ah... ¡y también hacemos las nikitas sin alcohol!