En febrero, mientras el resto de Europa se refugia de las frías temperaturas invernales, en Madeira el Carnaval saca a todo el mundo a la calle. Como primer evento del Calendario de Animación Turística del año, el Carnaval devuelve la alegría y la vivacidad a la vida de los madeirenses. Después de un mes de enero tranquilo, en el que la gente aún se está recuperando de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el Carnaval llega a nosotros como una explosión de alegría y diversión, contagiando a todo el mundo, incluso a los menos risueños. Aquí tratamos de «tú» al Carnaval, quizá por la antigua e íntima relación que nuestro pueblo tiene con la fiesta en sí.
Se sabe que las celebraciones de carnaval en Madeira se remontan al siglo XVI y coinciden con la época dorada de la producción de caña de azúcar en la isla, en una fusión de tradiciones europeas, africanas y paganas. A lo largo de los más de 500 años que nos separan de esta fecha, las fiestas han evolucionado y se han vuelto mucho más atrevidas, pero el toque de la caña de azúcar permanece en la miel (de caña de azúcar, eso sí) que utilizamos para rociar nuestras deliciosas malassadas (masa frita estilo dónut), manjares que están por todas partes en esta época del año. Si pasea por nuestras calles, seguro que sentirá su aroma.
¿Quiere saber qué es el Carnaval de Madeira? ¡Coja los confeti de colores y acompáñenos! Le mostraremos los momentos más emocionantes de nuestra celebración.
Aunque Funchal es el epicentro de las celebraciones, el Carnaval se celebra en todo el archipiélago. La Fiesta de los Compadres se celebra en Santana, al norte de la isla, y da comienzo al Carnaval de Madeira. Son varios días de fiesta, al estilo de una verbena tradicional, con música, espectáculos, cocina regional y, sobre todo, mucho humor. ¿El punto culminante de esta celebración? El juicio de los «compadres», a través de una obra de teatro sarcástica, con toques de improvisación, que sitúa a estos personajes en el centro de una trama, con mucha sátira. El momento culmina con la condena de los «compadres», representados por la quema de muñecos gigantes. ¿Le parece divertido? Le aseguramos que sí.
El Gran Cortejo Alegórico es, sin duda, el momento más espectacular del Carnaval de Madeira y la razón por la que se ha convertido en uno de los principales acontecimientos del programa turístico del archipiélago. El sábado anterior a la Fiesta del Entrudo, la noche cae con expectación en Funchal y las principales avenidas de la ciudad se cierran al tráfico y se abren a miles de juerguistas que las convierten en un animado sambódromo. Audacia e irreverencia son las consignas de este llamativo desfile, en el que la purpurina, las plumas y las lentejuelas se disputan la atención de los espectadores, al tiempo que cubren (parcialmente) los cuerpos danzantes de los participantes, que lucen sonrisas en sus rostros y samba en sus pies.
Atracción turística desde la década de los ochenta del siglo pasado, el Gran Cortejo Alegórico de Carnaval es una tradición que se reinventa y moderniza cada año, atrayendo a muchos viajeros a Madeira. Si le tienta la idea de verlo, ¡imagínese la emoción de participar en él! ¿Sabía que es posible? Basta con inscribirse en una de las numerosas escuelas de samba de Madeira y asistir a algunos ensayos.
Para los que les gusta «disfrazarse», el martes de Carnaval es el día para salir a la calle y lucir su disfraz. Puede que el nombre no sea atractivo, pero la diversión está más que garantizada y el momento es muy apreciado por todos los madeirenses. El Cortejo Trapalhão es la manifestación más auténtica del Carnaval de Madeira y la que más refleja la tradición festiva de la isla. Los registros sugieren que la diversión carnavalesca en la ciudad de Funchal comenzó a finales del siglo XIX, cuando los «disfrazados» invadían las calles del centro, ataviados con ropas viejas y máscaras improvisadas, y tiraban agua, huevos y harina en una encarnizada batalla que a veces incluso desafiaba a las figuras de la autoridad.
Dos siglos después, los huevos y la harina han dado paso a serpentinas y confeti coloridos y divertidos, aunque para algunos los globos de agua siguen formando parte de la diversión, amparándose en el dicho portugués «É Carnaval, ninguém leva a mal» («Es Carnaval, nadie se lo toma a mal»).
A lo largo de casi dos semanas, el Carnaval de Madeira es, ante todo, un momento para celebrar la expresión cultural del archipiélago, en una especie de fiesta itinerante que envuelve de brillo, magia y diversión los lugares por los que pasa. Ya sea en bailes caseros, en hoteles y discotecas que organizan noches temáticas, o en los desfiles que tienen lugar en los distintos municipios, lo que realmente importa es celebrar la ocasión, preferiblemente riendo hasta que duela la barriga.
¿De verdad va a perderse esta oportunidad de pasarlo en grande?
